Momentos después de que Nicolás Maduro aceptara la propuesta de Gustavo Petro de ser garante de los acuerdos de paz con el ELN, el dictador venezolano lanzó su primera exigencia, que rápidamente fue descartada por el gobierno colombiano.
«Desde ya nos activamos como país garante. Estamos a la orden de
Colombia para cooperar en todo aquello que contribuya al avance del proceso de
paz», dijo Maduro.
El dictador izquierdista venezolano dijo que esperaba lograr «fijar una
fecha para la reunión entre su Gobierno y el ELN». Agregó que fuera «con Venezuela
como sede».
Sin embargo, el comentario velado de Maduro implicaba que los encuentros
con el ELN se llevarían a cabo en Venezuela. Esto encendió las alarmas entre
algunos legisladores estadounidenses, quienes ya habían criticado la idea de
incluir a Venezuela en dicha negociación.
Justo en ese momento, el canciller colombiano Álvaro Leyva salía de un
encuentro en la Casa Blanca para coordinar el trabajo de ambos países. En un
contacto con W Radio, Leyva dijo que las críticas de los senadores republicanos
y demócratas carecen de información. Además aseguró que los diálogos con el ELN
no se van a llevar a cabo en Venezuela.
En su primera visita a Estados Unidos, Leyva aseguró que «los protocolos
iniciales establecieron que habían 3 países facilitadores, que son Cuba,
Venezuela y naturalmente Noruega. Y lo que se está revisando son los protocolos
para facilitar el proceso de paz. Eso es distinto a que el proceso de paz vaya
a tener lugar en Venezuela».
Vía: Primer
informe