La clase política venezolana está en vilo tras la captura, sin publicitar, de un narcotraficante colombo venezolano en noviembre en el aeropuerto El Dorado, de Bogotá.
El hombre se mostraba como un acaudalado empresario avícola
detrás de la Comercializadora Rior S.A.S. Al mismo tiempo figuraba como
directivo de dos empresas panameñas. Sin embargo, sus huellas dactilares
confirmaron que se trataba realmente de Richard Rodolfo Ramírez Green, señalado
como narcotraficante y con circular roja de la Interpol.
Sus nexos son conocidos con la mafia colombiana y con
políticos chavistas vinculados a actos de corrupción dentro del régimen.
Ramírez Green fue capturado pese a mostrar una cédula
colombiana para intentar salir de Bogotá. En el intento una alerta de Migración
Colombia encendió las alarmas y tumbó su coartada.
El presunto narcotraficante de 56 años es procesado por el
Tribunal Supremo de Justicia del chavismo y fue solicitado en extradición a
Colombia por el régimen venezolano.
Según confirmó el diario EL TIEMPO de Colombia, Ramírez
Green permanece en una celda de La Picota de Bogotá. Allí espera que se
concrete su envío a Caracas. Sin embargo al parecer esto no le convendría a un
grupo de funcionarios de la dictadura.
El diario colombiano tuvo acceso a su expediente, y publicó
que Ramírez Green ya fue condenado a 8 años de prisión antes. Al parecer pagó
su tiempo de sentencia y se estableció en Colombia. Cúcuta fue la ciudad
elegida por el presunto criminal para casarse y continuar con sus actividades
delictivas en sociedad con funcionarios venezolanos.
Se filtró que el Ramírez Green coordinaba el envío de
embarques de cocaína que llegaban hasta Caracas, en sociedad y con la
complicidad de políticos del más alto nivel chavista. Estos alijos eran
enviados en narcoavionetas hacia Centroamérica y que finalizaban en Europa y
Estados Unidos.
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