Mucho antes de que Gustavo Petro llegase al poder en Colombia, Fernando Ruiz, estudioso de la relación entre el periodismo y el poder, sostenía que a los nuevos populismos latinoamericanos les fascinaba la tribuna mediática, pero que eran enemigos de la prensa. Hablaba este investigador argentino de Cristina Fernández de Kirchner o de Hugo Chávez, pero la formula parece repetirse.
En el caso de Petro, en Colombia, un texto reciente
publicado en La Silla Vacía advierte sobre cómo la ausencia de oposición política
tradicional, y la ambigüedad de la sociedad civil en torno al Gobierno de
izquierdas, ha terminado por llevar a los medios de prensa independientes y
privados a una suerte de ring de boxeo.
El presidente colombiano parece necesitar adversarios en
el debate público y ha tomado a la prensa de sparring, siguiendo la analogía
boxística que plantea Juanita León, directora del portal periodístico.
Tal como lo ha descrito Fernando Ruiz, al ser consultado
por DIARIO DE CUBA, los gobernantes con grandes narrativas de cambio social en
América Latina requieren de una tribuna, y eso en la actualidad también lo
simboliza Twitter como plataforma preferida de Petro y otros jefes de Estado.
Pero el periodismo que crítica, interpela o cuestiona, no resulta bienvenido.
De acuerdo con el periodista Jeanfreddy Gutiérrez,
exdirector de Colombia Check, un portal de periodismo de fact-checking,
"Petro ha usado su cuenta de Twitter de forma persistente para
desacreditar, responder o criticar a periodistas críticas o medios de
comunicación", bajo el argumento de que están ocultando información o de
que él, como presidente progresista, recibe un tratamiento más agresivo por
parte del periodismo colombiano.
"Esto ha llevado a un coro de ministros y
funcionarios, pero también a una réplica de simpatizantes, desde periodistas a
ciudadanos comunes en redes sociales que apelan siempre al Gobierno anterior,
y/o los dos períodos de Álvaro Uribe, como malos, irresponsables o directamente
causantes de los problemas, reduciendo la crítica a algo más cercano a un
ataque sin fundamentos fácticos", responde Gutiérrez desde Bogotá a
preguntas formuladas por DIARIO DE CUBA.
Para La Silla Vacía, la ministra de Salud, Carolina
Corcho, la vicepresidenta Francia Márquez y otros funcionarios "han
emulado la práctica de Petro, que cada vez con más frecuencia coge a los medios
de sparring favorito". A inicios de abril, Petro se victimizó al sostener
que los medios de comunicación han hecho una campaña "inmisericorde"
contra su Gobierno.
Por su parte, Fabiola León Posada, quien por más de tres
lustros ha sido corresponsal de Reporteros Sin Fronteras en Colombia, matiza
algunas de las alarmas que se debatieron tras la publicación del artículo en La
Silla Vacía.
La periodista, investigadora y profesora universitaria,
le dijo a DIARIO DE CUBA que etiquetar a Petro como un presidente de izquierda
es un error porque a su juicio el actual Gobierno colombiano es de corte
liberal (ideológicamente) con algunas propuestas sociales progresistas.
"Los medios deben hacer una revisión de sus fuentes
para poder explicar mejor la nueva forma de gobierno, y al mismo tiempo al
Gobierno le hace falta mejorar sus formas de comunicación y bajar su nivel de
prevención", sostiene León Posada.
Esta estudiosa de la libertad de expresión recuerda que
la gestión de Petro como alcalde de Bogotá (2012-2015) también estuvo marcada
por un contrapunto con las empresas periodísticas, que en ese momento estaban
claramente alineadas con factores del poder económico. Diversidad de investigaciones,
reportajes y cuestionamientos acompañaron a la gestión de Petro.
"Con el paso del tiempo quedó claro que las cosas
fueron muy diferentes a cómo Petro y los propios medios nos habían
contado", precisa.
Tanto León Posada como Gutiérrez evitan hacer
paralelismos entre lo que acontece en Colombia y lo que, por ejemplo, se ha
vivido en Venezuela bajo la llamada "hegemonía comunicacional",
política bandera por parte del chavismo.
"Estamos en épocas y circunstancias políticas,
históricas y comunicacionales distintas", sostiene Gutiérrez, quien
precisamente es un periodista venezolano radicado en la actualidad en Colombia.
"No se puede simplificar o comparar como ocurrió en
otros momentos en América Latina. El momento histórico es otro, las posturas
políticas han tenido que cambiar", precisa por su parte la corresponsal de
RSF.
Juanita León, entretanto, en su artículo, sostiene que a
Petro sí se le debe ubicar en las corrientes de izquierdas de América Latina,
de inspiración marxista, reñidas tanto con la empresa privada como con la
existencia de medios de prensa independientes.
"Este marco ideológico se suma a que el objetivo
central de la Presidencia de Gustavo Petro es, ante todo, cambiar el modelo
económico (…) Como sus reformas van en esa dirección, es fácil que cale el
argumento de que los medios propiedad de esos grupos económicos que perderían
poder son utilizados para debilitar las reformas", describe León.
Para la directora de La Silla Vacía, bajo tales premisas
Petro está ejerciendo la defensa de sus propuestas de reforma, asumiendo que
entre los periodistas independientes y la prensa crítica se encuentran
adversarios de origen para tales cambios.
Con Información
del Diario de Cuba