El misterio de Amy Lynn Bradley: desaparición en alta mar


A las 5:30 a.m. del 24 de marzo de 1998, Ron Bradley observó a su hija Amy Lynn Bradley relajándose en el balcón de su camarote a bordo de un crucero de Royal Caribbean. Treinta minutos después, cuando volvió a revisar, Amy había desaparecido sin dejar rastro.

Tras la alerta de la desaparición de Amy, la Guardia Costera de las Antillas Neerlandesas llevó a cabo una exhaustiva búsqueda de cuatro días en las aguas cercanas y a lo largo de la ruta del crucero, pero no obtuvo resultados. Aunque inicialmente las autoridades especularon que podría haber caído por la borda y haberse ahogado, esta teoría fue descartada.

A pesar de las extensas búsquedas, no se encontró ningún rastro de Amy, dejando a los investigadores desconcertados. Poco más de un año después, un miembro de la Marina de los EE. UU. visitó un burdel en Barbados y afirmó haber encontrado a Amy, o al menos a una mujer que decía ser ella. El marinero aseguró que la mujer le dijo que se llamaba Amy Bradley y le suplicó ayuda, diciendo que no le permitían salir del burdel.

En 2005, la familia Bradley recibió un correo electrónico a través de su sitio web que contenía dos fotografías de una mujer con un notable parecido a Amy. Las fotos, encontradas en un sitio web de trabajadoras sexuales, mostraban a una mujer que parecía angustiada y desesperada. Esto llevó a la especulación de que Amy podría haber sido forzada a la trata de personas.

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