La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) ha alertado de la llegada a la Tierra de una tormenta geomagnética de intensidad moderada entre hoy domingo y mañana lunes. Según los pronósticos, el fenómeno alcanzará inicialmente la categoría G2 en la escala que mide estas perturbaciones (de G1 a G5), aunque podría intensificarse en pocas horas hasta la clase G3.
La tormenta se originó tras
una llamarada solar emitida el pasado 30 de septiembre por la región de manchas
solares activas identificada como 4199, que liberó una eyección de masa coronal
dirigida hacia la Tierra.
Posibles
consecuencias en satélites y comunicaciones
La NOAA advierte de que el
impacto puede generar problemas de orientación en satélites, interrupciones en
los sistemas de navegación por satélite (GPS) y fallos en las comunicaciones de
radio, especialmente en las frecuencias de onda corta utilizadas en aviación y
transporte marítimo. También podrían verse afectados los sistemas de radar y,
en casos puntuales, la navegación por compás magnético.
Auroras
en latitudes medias
Uno de los efectos más
visibles de la tormenta será la aparición de auroras boreales en latitudes más
bajas de lo habitual, que podrían observarse durante la noche de este lunes y
la del martes. Estos espectáculos luminosos, habitualmente restringidos a
regiones cercanas a los polos, podrían ser visibles en zonas del norte de
Europa, América del Norte e incluso áreas más meridionales si la tormenta alcanza
la intensidad prevista.
¿Qué
es una tormenta geomagnética?
Las tormentas geomagnéticas,
también llamadas tormentas solares, son perturbaciones temporales de la
magnetósfera terrestre provocadas por ondas de choque de viento solar o por
eyecciones de masa coronal que interactúan con el campo magnético de la Tierra.
Estos fenómenos forman parte del denominado clima espacial, cuya vigilancia
resulta clave para prevenir daños en infraestructuras tecnológicas y en las
redes de comunicación global.