Diosdado Cabello aprovechó la contundente victoria electoral de José Antonio Kast en Chile para lanzar un mensaje político con doble filo: hacia el gobierno de Gabriel Boric y hacia la ola de derecha que avanza en la región.
El secretario general del PSUV señaló que el triunfo del ultraderechista es “responsabilidad” de Boric, a quien acusó de gobernar “en la tibieza” y de olvidar a la base que lo llevó al poder.
En su rueda de prensa semanal, transmitida por Venezolana de Televisión, Cabello sostuvo que cuando un mandatario “quiere gobernar para las élites” y no para el pueblo que lo eligió, “ocurren estas cosas”, en referencia al resultado del domingo, donde Kast se impuso en las 16 regiones de Chile con una de las diferencias más amplias desde el retorno a la democracia.
El dirigente chavista inscribió la derrota del boricismo en una narrativa que cuestiona la eficacia del progresismo para sostener apoyo popular en contextos de inseguridad, malestar económico y crisis migratorias.
Consultado por el futuro de los migrantes venezolanos en Chile bajo un gobierno de Kast, Cabello afirmó que, si se concretan expulsiones, “serán recibidos con los brazos abiertos” en Venezuela, aunque al mismo tiempo reconoció que el electo presidente chileno podría endurecer sus posiciones migratorias porque, según sus palabras, debe hacer caso a su “amo”, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Uno de los ejes centrales de la campaña de Kast ha sido precisamente la migración. El presidente electo centró su discurso en la expulsión de inmigrantes en situación irregular y en el refuerzo de las fronteras, aunque ya en segunda vuelta moderó el tono y habló de “invitarlos a salir” del país.
Su plan “Escudo Fronterizo” propone muros de más de cinco metros, zanjas, drones con reconocimiento facial, radares térmicos y un fuerte despliegue de fuerzas de seguridad, en una arquitectura que recuerda a las políticas migratorias impulsadas por Trump a través del ICE en la frontera con México.
El proyecto incluye sanciones a empleadores que contraten migrantes sin papeles y la prohibición de alquilar viviendas a personas en situación irregular, medidas que apuntan a desincentivar la permanencia de quienes no cuentan con autorización.
En este contexto, la comunidad venezolana en Chile observa con inquietud el giro político y las posibles consecuencias para su estatus, mientras figuras como Cabello intentan enviar un mensaje de “retorno posible” al país de origen.
Las declaraciones del líder chavista se suman a un debate mayor sobre el balance del gobierno de Boric y las razones del avance de Kast, que sectores de la propia centroizquierda chilena atribuyen a errores de gestión, frustración social y la percepción de falta de mano firme frente al crimen y la crisis migratoria.
En el tablero regional, el triunfo de Kast alimenta la discusión sobre el péndulo ideológico en América Latina y la capacidad de las izquierdas de sostener su base en contextos de alta presión económica y seguridad.